Para mí la valoración de este curso es buena y también mala; respecto a resultados académicos he fallado claramente pero también he aprendido cosas y he tomado muy buenos consejos de mis compañeros.
La verdad es que es muy curioso darse cuenta de cómo cada uno de nosotros nos revestimos de armaduras invisibles que portamos allá donde vamos. El profe serio e inflexible que no deja pasar una, por ejemplo. El alumno/a callado/a que no pestañea. Después de todo un curso, esas armaduras van desmoronándose. A veces justo a final de curso. Es en ese momento cuando descubres que esa alumna que nunca hablaba te sonríe y se expresa en clase, cuando se permite hacer un guiño en un examen, cuando se expresa con libertad en clase para hacer una crítica constructiva. También es el momento en el que el profe se relaja y te deja comer chicle en clase.
Quizás, el próximo curso lleguemos con miedo. Ahora el esfuerzo debe ser mayor y puede que alguno tema al fracaso y se rinda con un “yo no soy capaz”. Alguien dijo: “Si de verdad quieres conseguir algo, lo conseguirás sin problema”. Así que, yo creo que todos deberíamos luchar por llegar a nuestras metas, porque “si quieres, puedes”; y nunca debemos olvidar que esto nos traerá más satisfacción.
Y por último agradecer a mis compañeros su apoyo. A los profesores los consejos y ayudarnos a ser mejores cada día. Espero seguir el próximo año con vosotros porque sois los mejores y merecéis todo.